20 de abril de 2012

Hace más de un mes.

UNO:
Siempre hay historias que contar, faltas o ciertas. ¿Hay alguna diferencia? Lo importante son las reacciones, las emociones pasajeras que despiertan los relatos. Relatos que son como los sueños, no importa cuán inverosímiles se muestren ante la razón deben ser creíbles en su escenario, su contexto. Reescribir el pasado, escribir el presente mientras lo vives o predecir el futuro. Convertir tus deseos en realidad. Ese besos que nunca te di, te lo di en una de mis historias. Ese beso que aún no te doy, ya fue descrito. Confusión y consuelo. Triste historia y deliciosa a la vez.

DOS:
Más de un mes fuera de casa. Más de un mes por lugares inhóspitos (exagero) y otros hospitalarios. He conocido grandes personas, personas desagradables. Realidades e historias fascinantes. Siempre me pregunté como sería hacer viajes de este tipo. Coger tu mochila y tu maletín, y simplemente perderte, desaparecer y tras algunas horas de viaje, reaparecer en otro lugar, otra región, con otro clima, otros paisajes, otro dialecto, otros rostros, otras ideas. Lo "otro" es tan deslumbrante, es la antítesis de "lo común". Lo común y cotidiano, cansa. Hastía. Un mes fuera de la ciudad y sin lugar fijo de estadía. Fue divertido tener la mochila semiempacada todo el tiempo. Es más, dos veces el helicóptero casi me deja en algún punto de la selva, es un campamento, por más días de los que había planificado. Tanto, tanto que contar; pero tengo tan poco tino para los detalles. Soy un relator de generalidades, siempre a groso modo, someramente. Siempre trivialidades.

TRES:
Egoísta. Sí, eso dijo. Realmente no lo sé. Pero estoy convencido que lo pensó. Y lo acepto, lo soy. Creo que debo de pensar solo en mí y preocuparme un poco por los demás. Es tonto, lo sé. Pero algunos dicen que es bueno, que ayuda a estar bien con las personas, que ayuda a eso llamado amistad, que ayuda a no quedarse solo. Ahí lo tienen, nuevamente pensando en mí.

CUATRO:
Poco a poco y cada vez más he perdido el tino con las féminas. Y he perdido mucho. Ya ni sé como empezar un plática amena. Generalmente eso no resulta problemático. Simplemente te juntas con quienes conoces y que se joda el resto. Pero ahora, no. No. Ella me gusta. Ya está, lo dije. La podría conquistar, lo sé. La situación es que estoy un poco perdido en esto, en ella, en mí. Algo pasa, no me gusta que esto pase. No me gusta perder el control de la situación, no me gustan las situaciones que no pueda prever sus posibles resultados, en las cuales no conozca a cabalidad las variables implicadas. No me agrada nada de esto. Me agrada ella.

CINCO:
Le dije a mi amiga tras enterarme de su embarazo "Qué buena noticia para ti, mujer". No se me ocurrió nada más que decirle. "Felicidades, me alegro mucho", hubiese sido una gran mentira. No quiero mentirle. No a ella. La quiero mucho como para mentirle. Sentí que decirle que era una buena noticia para ella, era lo mejor. Espero que lo haya entendido así. Luego me puse a pensar. Caí en cuenta que estaba siendo mezquino. No importa mi opinión sino la de ella. Ella estaba feliz. Yo debería estarlo. Me es difícil imaginármela embarazada, con dos niños en camino. Pero esa es la situación y ella está feliz. Ella es mi amiga, la quiero demasiado. Estoy feliz por ella. Por que ella está feliz. No sé si me explico.

SEIS:
Dos personas me han insinuado que me quieren como padrino de sus hijos. Dos buenos amigos. Y es un gran honor y elogio, joder. Ser padrino, tradicionalmente, es una gran responsabilidad que no se le delega a cualquiera. El problema es que tengo veintitrés años, soy ateo y no me gustan los compromisos que no entiendo. Tiendo a decir las cosas que no quiero, muy rápido. Las personas se enteran de lo que me disgusta mucho, mucho antes de sabes qué me gusta. Qué no quiero antes de lo que quiero. Qué no puedo antes de lo que puedo. Les dije, algo así como: "No soy católico, no entiendo eso del bautizo, creo no ser el indicado". Espero haber hecho lo correcto. Espero no se lo tomen a mal. Quise ser sincero con ellos y conmigo.

SIETE:
Beberé una cerveza y fumaré un cigarrillo. Escribir hace bien. La cerveza es deliciosa. Debo dejar de fumar.