31 de mayo de 2013

5 meses.

Cinco meses sin escribir.
Cinco meses con necesidad pero sin determinación.

-Eres un inconsecuente- me dijo- de qué comeremos, entonces. Responde. Tú dejaste ese trabajo, asegurándome que con lo que ganabas con los blogs viviríamos tranquilamente en esta ciudad. ¿Y ahora?
-Cálmate, mujer. Esto pasa. A veces uno pierde el deseo de escribir. A veces uno no se siente a gusto con el resultado de esas noches en vela y debe eliminarlo, pues eso no lo representa y eso jode. Tú no lo entiendes, mujer.
-Todos los días comes ¿no? Búscate un trabajo y no me jodas, Martín. 

Necesito un trabajo de verdad.
Oh, yo no puedo culparla. 


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